Fue en el año 1996 en que conocí por primera vez a Jesse Arteaga. Estaba yo trabajando en ese entonces como maestro bilingüe de segundo grado en una escuela llamada Barton Hill Elementary School, perteneciente al Distrito Escolar de Los Ángeles y ubicada en la ciudad de San Pedro, California. En esa época estaba vigente el programa de enseñanza bilingüe en el estado de California y, por consiguiente, las clases de lengua se impartían en español (razón por la cual el cuento escrito por Jesse está en español). Como soy aficionado a la escritura me tomé muy en serio la enseñanza de la escritura. No tardó Jesse en llamarme la atención con su exquisita y fina manera de expresarse por escrito. Sí, quizá yo le serví de guía e inspiración a Jesse, pero Jesse traía consigo una capacidad lingüística y una especial aptitud para para la comunicación escrita. El cuento que escribió estando en segundo grado muestra una gran lucidez intelectual y capacidad para la creatividad literaria. Para honrarle y para promover su genio les brindo este exquisito cuento tan representativo de Jesse.
Jorge E. Bonilla